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En 1958 Enrique Busta Cortina, ebanista de profesión y nacido en Lastres, decide dedicarse al negocio del pescado. Su mujer Josefina Fisas Ballina le apoya en su proyecto y pronto deja de trabajar en la zapatería donde estaba empleada. Poco imaginaban la dureza del trabajo al que se iban a enfrentar. La falta de instalaciones y de medios para conseguirlas hace que centren su actividad en la venta ambulante, así que compran un carromato de tres ruedas provisto de una pequeña caja, y comienzan comprando el pescado en Lastres, Tazones y Gijón y vendiéndolo en Colunga, Infiesto, Nava, Lieres, Villaviciosa y en cada pequeño pueblo entre estos. Empleaban el día en vender y por la noche esperaban a que entrasen los barcos para comprar, “muchos días no nos daba tiempo a dormir entre comprar y vender” comenta Enrique. El tema del transporte tampoco facilitaba las cosas, “el motocarro casi no tenía luces y por la noche cuando había niebla, yo tenía que caminar delante para no salirnos de la carretera” asegura Josefina. Después de un año muy duro, en 1959 adquieren su primer puesto en la plaza de abastos de Villaviciosa. Al poco tiempo cambia el motocarro por una furgoneta de segunda mano y así siguen trabajando año tras año, pero la ambición y la ilusión por crecer hace que en 1964 compren un camión marca Ebro de 5 toneladas, con sistema de frío, el cual utilizaban como nevera, puesto que carecían de espacio para instalar una en la plaza de abastos. En 1970 adquieren otro camión, esta vez marca Saba de 7 toneladas que utilizan para suministrar carnada a los barcos de Lastres, y poco después renuevan la vieja furgoneta por una entonces nueva Citroen 2 caballos. En 1979, después de veintiún años desde que decidieran dedicarse al negocio del pescado y casi veinte años desde que alquilasen el primer puesto en la plaza de abastos, llega uno de los momentos claves en su historia. El puesto se les queda pequeño y deciden cambiar su situación dentro de la plaza de abastos, haciéndose con dos puestos que habían quedado libres y con uno más, poco después, donde instalan la primera cámara frigorífica. Es entonces cuando vende los camiones, por aquel entonces podía parecer un paso atrás, pero en realidad era un cambio de enfoque de la idea inicial, ya que desde entonces centraron sus esfuerzos en hacer de su pescadería en la plaza de abastos, la mejor. Han pasado casi treinta años desde aquella decisión, y en la actualidad Pescados Cortina posee unas instalaciones envidiables, en total mas de siete puestos en la plaza de abastos; cetárea de mariscos, dos cámaras frigoríficas, fabrica propia de hielo, cortadora de pescado, desolladora de pescado, escamadores eléctricos, etc. Además de cuatro vehículos de reparto. En dichas instalaciones trabajan entre cinco y ocho personas y en temporada alta (verano, semana santa y navidad) llegan a exponerse al día mas de 400 Kg. de pescado para su venta. |
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